Libro de Giancarlo Livraghi – El poder de la estupidez

Prólogo
a la edición inglesa
 
[en la cual se basa la traducción española – n. del t.]

Como editor de la primera edición inglesa de este libro (e igualmente de la primera edición italiana) me siento muy orgulloso de él. No por razones puramente “comerciales” – siempre importantes, claro está – sino porque tengo la fuerte convicción personal de que la versión inglesa The Power of Stupidity será un libro de gran éxito dentro de su género, como lo es en Italia Il potere della stupidità.

¿Por qué lo he denominado “versión” en lugar de “traducción”? Porque no se trata de una simple traducción de la edición italiana. El autor ha querido aprovechar la flexibilidad de la lengua inglesa (que, dicho sea de paso, Livraghi escribe y habla con fluidez de nativo) para reformar completamente el tema, las palabras y – lo más importante – las ideas que subyacen a este libro.

Así, según se mire, este es un libro con cinco años de vida (si uno atiende a la primera edición italiana) o apenas unos meses, si se cuenta con respecto a la versión inglesa; pero también ha cumplido los trece años, pues tal tiempo ha pasado desde que el autor redactó los artículos originales sobre el tema, también en inglés [y traducidos en español – n. del t.]. Quizá el poder de la estupidez no tenga edad.

Conocí a Giancarlo Livraghi, el autor, hace quince años, durante un congreso sobre las libertades civiles celebrado en Italia. Pasamos muchas horas hablando del tema de la “estupidez”, no solo en aquel tiempo y lugar, sino también en los años siguientes.

Como defensor de los derechos civiles – y, en otra vida, uno de los actores más influyentes en el negocio de la publicidad internacional – Giancarlo Livraghi se ha topado en incontables ocasiones con la estupidez; con la suya propia antes que nada, como nos cuenta en las líneas iniciales del primer capítulo. Burocracia, política, medios de comunicación, derecho, ciencia... Es una epidemia que parece afectar sin excepción a la mente y la conducta humana. Conviene preguntarse, en consecuencia: ¿hay algo que podamos hacer para “arreglar la máquina”? De ser así, ¿qué podemos –o debemos – hacer?

La “respuesta” que proporciona este libro es a un tiempo sencilla y arrojada: “usar el cerebro” o, para decirlo con más brevedad, “pensar”. Se trata de una respuesta simple porque es obvio que si utilizamos el pensamiento crítico caeremos con menos frecuencia en las rarezas de la ignorancia, la injusticia y la manipulación. Y es asimismo valiente porque al aceptar que la estupidez se encuentra en todas partes quedamos obligados, en primer lugar, a someternos a nosotros mismos a un estricto “análisis de estupidez”. Solo de ese modo será posible comprender lo que ocurre “en el mundo salvaje”. Aquí es donde entra el libro.

El poder de la estupidez no es un “manual de instrucciones” ni una simple recopilación de anécdotas sobre representantes del poder, la economía o la política que destaquen por ser idiotas o impedidos mentales. Si tuviera que resumir en una sola frase lo que provoca en el lector el contenido de este libro, diría: “da que pensar y mueve a actuar”.

No quiero pasar por alto que El poder de la estupidez se ha concebido para su lectura. Se emplea un lenguaje lo más llano posible, al par que riguroso; y la corriente de ironía (con frecuencia mordaz) se sitúa siempre “en su contexto”. Los temas de cada capítulo son “independientes”, de modo que el lector puede recorrer las páginas del libro de la primera a la última o bien elegir aquellas secciones que más interés le despiertan. Giancarlo Livraghi tiene una pericia innegable para transmitir su mensaje de un modo tan claro como placentero.

Estoy seguro de que usted, mi querido lector, sentirá una atracción magnética por la belleza de esta inusual contribución a la naturaleza humana.

Andrea Monti – andrea@meaed.net – Abril de 2009

Traducción castellana de Gonzalo García