Un estudio del profesor Steve Woodgar de la Universidad
de Oxford, publicado en diciembre de 2000, revela
que 28 millones de personas en los Estados Unidos, y dos
millones en Gran Bretaña, han probado usar la internet
y después la han abandonado. No obstante lo autorizada
de la fuente, es legítimo tener alguna duda sobre la
exactitud de esos números, como sobre cualquier
estadística. Pero la noticia no es nueva ni
sorprendente.
Siembre hubo una tasa de abandono bastante
relevante, y era inevitable que aumentara. El incesante
fracaso que circunda la red, llena de exageraciones y de
falsas promesas, crea expectativas que resultan
insatisfechas.
Muchos recién llegados se encuentran
piloteados hacia contenidos que no corresponden a
sus intereses. Usar la red en modo satisfactorio requiere
más tiempo, atención y paciencia de cuanta
pueda tener quien se asoma solo porque está de
moda o se habla tanto de eso. Muchos sitios
web, presentados como la séptima maravilla del mundo,
son decepcionantes.
Es justo, razonable y fisiológico que
muchos den una ojeada y después se vayan.
¿Regresarán? Probablemente. Cuando alguno le
ofrezca en la red algo que sea interesante para ellos.
Es cansador repetirlo, pero (con algunas loables
excepciones) la calidad de las ofertas online sobre las
cuales se habla es decadente. Sobre miles de millones de
páginas disponibles, hay seguramente alguna cosa que
puede interesar incluso a quien hasta ahora es un
decepcionado de la red. Pero increíblemente poco
difundida la información que sirve a los
recién llegados.
No se esperen encontrar todo inmediatamente. Comiencen
con las cosas que más les interesan; poco a poco
encontrarán su camino. Y no se dejen encantar por las
trampas para pájaros. A menudo (como en todas las
cosas de la vida) las ofertas más resonantes y
deslumbrantes no son las de mayor valor. En cambio estamos
inundados de falsas promesas, de inexistentes facilidades, de
un todo e inmediatamente imposible. Cuando los
más estruendosos promotores de la red dejen de decir
mentiras, tendremos quizás un flujo menos veloz de
nuevos usuarios distraídos, pero
también menos casos de decepción y
abandono.