NOTICIAS DE AMERICA LATINA Y EL MUNDO
Entrevista a Eric Toussaint, presidente del
Comité para la Anulación de la Deuda Externa
“El avance de la izquierda en
América Latina, evidencia del rechazo a las políticas neoliberales”
Roberto González
Amador
La Jornada
La coyuntura electoral
en Latinoamérica puede cambiar el rumbo económico y político de la región, una
de las más afectadas por la apertura a partir de los años 80, asevera el
militante contra el tipo de globalización que quieren imponer los centros
financieros y los organismos internacionales a todos los países
El
avance electoral de la izquierda en Latinoamérica es una muestra de que "las
políticas neoliberales llegaron al límite de aceptación entre los ciudadanos",
afirma Eric Toussaint, presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del
Tercer Mundo (CADTM).
En entrevista con La
Jornada, destaca el cambio ocurrido en la región, principalmente en los pasados
dos años: "no son más candidatos del tipo de Vicente Fox -presidente de México
desde diciembre de 2000- los que reciben la votación mayoritaria y eso es
muestra de algo".
Militante contra el tipo
de globalización impuesto desde los centros financieros y los organismos
internacionales, Toussaint encuentra que América Latina vive una coyuntura que
puede cambiar el rumbo económico y político de la región, una de las más
afectadas por las reformas de apertura emprendidas a partir de la década de los
80 y que han provocado un incremento en la pobreza y en la desigual distribución
del ingreso.
"América Latina está
entrando en una situación nueva, en una coyuntura particular", sostiene. Define
los elementos: Uno, la crisis en Estados Unidos es muy fuerte, a pesar del hecho
de que el gobierno de ese país habla de un repunte posible.
Eso va a tener
un efecto de depresión de las economías de Latinoamérica y en particular para
México. Segundo, los límites de las políticas neoliberales aparecen de manera
evidente a nivel de los ciudadanos.
Por eso, dice, cada vez más
se inclinan por votar en favor de candidatos antineoliberales. Se refiere "al
excelente" resultado electoral de Evo Morales en Bolivia, que no ha sido electo,
pero se trata de un dirigente indio de un sindicato cocalero que recibió una
alta votación. Adiciona la elección de Lula en Brasil y el reciente triunfo de
Lucio Gutiérrez en Ecuador. "Eso muestra que hay un cambio. No son más
candidatos del tipo de Vicente Fox que reciben la preferencia popular".
A esa redefinición del
mapa electoral añade "la rebelión" del 19 de diciembre de 2001 en Argentina, que
derrocó al gobierno del presidente Fernando de la Rúa. "Toda esta coyuntura
muestra que hay un reto para América Latina, que es volver a tratar de adoptar
una posición común ante varios gobiernos y países para imponer a los acreedores
una renegociación completa de la deuda externa y buscar cómo implementar
políticas alternativas rompiendo totalmente con el diseño de las políticas
económicas y sociales impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
"Creo que a
nivel de la población en Brasil, en Ecuador y en Argentina la situación es
sumamente clara. Y en el caso de México lo que me llama la atención es que
tiene un presidente neoliberal, pero que todavía no ha logrado imponer en la
práctica la mayoría de sus planes neoliberales. Hay una resistencia en México de
los movimientos sociales, de sectores sindicales y entonces la política
neoliberal que quiso implementar en las universidades no se establecieron, la
privatización de la electricidad todavía está por hacer y hay una resistencia
fuerte; lo de Pemex, él avanza cautelosamente para reunir las condiciones de la
privatización, pero en la práctica no se ha hecho. Entonces, la situación de
México no es contradictoria con la del resto de América Latina".
-¿Vincularía esos
movimientos que se han opuesto a las políticas del presidente Fox con los otros
de que habla en la región?
-Por supuesto. Es evidente
la resistencia de los movimientos sociales de México frente a las reformas
neoliberales que quiere establecer Fox. Esa resistencia es parte del movimiento
global, es parte de lo que está ocurriendo en Ecuador, Brasil, Bolivia,
Argentina, Uruguay y Venezuela. Para mí es muy alentador esto.
-Para algunos gobiernos,
como el de Argentina, ha sido fácil culpar de todo lo que ocurre a los
organismos internacionales, sin hacer cuenta de las responsabilidades internas o
de la responsabilidad de las clases políticas locales. ¿Cuál es la
responsabilidad compartida?
-Para mí hay una
complicidad evidente entre los gobiernos latinoamericanos en general. Pongo
aparte a Hugo Chávez, en Venezuela, y a Cuba. Pero los demás gobiernos han sido
cómplices con el FMI y las clases dominantes de cada país. El discurso crítico
del presidente (argentino) Eduardo Duhalde ante el FMI está destinado a la
ciudadanía argentina que se levantó en diciembre contra la clase política
primero y después contra el fondo y que ahora cobra conciencia de que los ricos
de Argentina toman provecho de la crisis y se enriquecen mientras los pobres o
las clases medias se empobrecen.
-¿Cómo
explicar su afirmación de que hay una complicidad?
-Los
capitalistas, sean mexicanos, argentinos o brasileños, transfirieron una gran
parte de sus capitales hacia el exterior y ese dinero está invertido en parte en
títulos de la deuda externa pública de sus países. Entonces es muy claro: los
capitalistas argentinos no quieren que siga la moratoria de la deuda externa de
Argentina porque ellos son dañados. Desean que se siga pagando porque ellos
mismos sacan provecho de esto y es exactamente lo mismo con la clase dominante
de México. Esas clases dominantes desde el inicio de los 80 abandonaron
cualquier proyecto nacional.
-¿Es posible
una alternativa?
-Para mí, la
alternativa puede solamente venir de una nueva alianza social entre movimientos
campesinos, de trabajadores industriales, clases medias, pobres urbanos, jóvenes
que buscan un futuro digno para su país.
Una alianza a ese nivel es
necesaria. Y es lo que está ocurriendo en Argentina.
-¿Plantea un movimiento
social organizado al margen de los partidos políticos tradicionales en cada país?
-Bueno, para mí la
alternativa no es necesariamente independiente u opuesta a los partidos. Pienso
que la nueva alianza a nivel de movimiento social tendrá que encontrar una
expresión política adecuada. Cuando digo esto quiero decir que en varios países
todavía no existe esa expresión política adecuada. En Ecuador, por ejemplo, una
organización indígena hizo un acuerdo con otros grupos sociales y sindicales.
Digo esto porque en México hay un debate sobre no tomar el poder, como la
posición del subcomandante Marcos al respecto. Personalmente creo que no se
puede dejar de lado la cuestión del poder.
Hay que buscar
una respuesta en términos de poder. Doy el ejemplo de Argentina.
La rebelión popular de
Argentina logró derrocar al gobierno neoliberal, pero en ese momento preciso no
había alternativa política a la rebelión popular.
Y entonces
fueron los mismos partidos de siempre que ocuparon el poder.
"Entonces yo no tengo
todavía la respuesta, pienso que hay que avanzar cautelosamente, pero afirmo que
no podemos descartar y considerar que la cuestión del poder sí tiene que ver con
la perspectiva del movimiento social en contra de las políticas neoliberales".
-Por un lado, los
movimientos sociales pueden ir adquiriendo mayor presencia en cada país de la
región. Pero al mismo tiempo en América Latina están varias de las más poderosas
transnacionales, ¿cómo se va a expresar esta contradicción de intereses?
-Si los movimientos
sociales logran fortalecerse van a entrar en contradicción muy fuerte con
intereses muy poderosos: las transnacionales, los organismos financieros
internacionales, el gobierno de Estados Unidos y otros, como el español, que
tienen fuertes intereses en Latinoamérica, y la misma clase dominante de la
región. Esa gente no va a aceptar fácilmente una política económica alternativa,
que implica negarse totalmente al Area de Libre Comercio de las Américas, romper
el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y desconocer tratos con el FMI
y el Banco Mundial para privilegiar acuerdos tipo Mercosur. La movilización
actual de campesinos de México es importante porque ellos se dan cuenta que si
el gobierno de Fox realiza los acuerdos que implica el TLC el agro va a ser un
desastre mayor al que ya ha sido.
"Esta fortaleza del
movimiento social también serviría en el caso de la deuda. Los países podrían
decir a sus acreedores: ya basta; hemos reembolsado varias veces la deuda
pública y paramos el pago; lo que ahorramos lo vamos a invertir en programas
sociales, educación pública, salud y creación de empleo, en proyectos de
servicios, sociales y agrícolas. Y tercero, reconquistar una soberanía a nivel
de territorio, lo que implica para algunos países romper acuerdos con EU sobre
bases militares o el Plan Colombia.
"Eso implica un
enfrentamiento, pero para mí la alternativa es: o seguir con la sumisión y más
degradación de la condición humana de las mayorías de América Latina y más
humillación de los pueblos frente al imperio del norte, o recuperar la soberanía,
la dignidad de la región", asegura Toussaint.
Para el presidente del
CADTM, los movimientos sociales de Latinoamérica se han dado cuenta de que
pueden ir más allá de la pura resistencia y que pueden "globalizar las
alternativas". Sostiene que varios gobiernos de la región quieren seguir en las
reformas promovidas por FMI y el Banco Mundial.
"Es claro que Vicente Fox
quiere privatizar la energía, avanzar en la privatización de Pemex y otros
gobiernos también quieren seguir así. Pero estos gobiernos lo hacen así porque
no tienen más como perspectiva la defensa de la soberanía y de los intereses de
la nación. No van a cambiar".
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