NOTICIAS DE AMERICA LATINA Y EL MUNDO
Tempranas
reflexiones sobre el FSM 2003
Julio C. Gambina
Rebelión
Desde
ahora en más, el Foro será conocido como el FSM de Porto Alegre.
La incorporación del
nombre de la ciudad a la denominación del mayor proyecto de construcción del
movimiento de resistencia a la globalización neoliberal es un reconocimiento al
aporte político y democrático de la izquierda brasileña. Tiene que ver en el
ámbito institucional con su más difundido instrumento: el presupuesto
participativo. Pero sobre todo, por la dinámica social actuante en los
movimientos populares, los que actúan articulados en un proyecto político de
carácter frentista que hoy se proyecta en escala nacional del Brasil y con
fuerte impacto en América Latina y el mundo. Se escuchaba en los pasillos del
Foro hablar de la esperanza brasileña.
Resulta complejo y quizá todavía sea temprano analizar que nos deja la
multitudinaria reunión del FSM realizada entre el 23 y 28 de enero pasado, pero
intentaré algunas consideraciones generales, teniendo en cuenta que no es un
dato menor la continuidad por tercer año consecutivo y su expansión mundial como
proyecto de articulación de múltiples emancipaciones y perspectivas
contrahegemónicas. Se trata de un proyecto que ya es un movimiento que
trasciende el acontecimiento anual, hasta ahora en Porto Alegre. Por eso se
registran los foros temáticos en Palestina, Argentina o el Amazónico, el de
Europa, Uruguay u otros realizados durante el año pasado y su futuro desembarco
en la India en 2004 para regresar a su origen gaúcho en 2005.
En primer lugar, puede considerarse al Foro como
una gran concentración
antiimperialista.
Las
consignas centrales fueron
contra el ALCA,
la Guerra (Irak) y por la Paz
mundial. Pero más allá del lema, se puede remitir a
movilizaciones
callejeras
de miles de activistas y personas de diversos movimientos sociales, culturales,
políticos, de 156 países de todo el planeta. Cada movilizado en las calles de
Porto Alegre llevará a su vez, esa consigna y el espíritu combativo asociado a
sus entornos militantes y a la sociedad en donde actúa, afectándo así proyectos
estratégicos de la administración Bush.
Los 100.000 congregados multiplicaran por miles la condena a los dos proyectos
estratégicos de EEUU.
Uno es el intento de
dominación de un recurso natural estratégico: el
petróleo.
Por eso la agresión a Afganistán en su momento y ahora las amenazas cada vez más
cercanas de atacar militarmente a
Irak.
Ese es también el sentido principal de la complicidad de EEUU con la oposición
al gobierno constitucional de Venezuela. El otro es el
ALCA,
verdadero proyecto de anexión de América (excepto Cuba) a las necesidades e
intereses de EEUU. Fue una iniciativa lanzada por el gobierno de EEUU en 1994 y
negociado en secreto. La resistencia popular lo sacó a luz y es un mérito de la
Campaña Continental No al ALCA haber logrado que el Foro lo asumiera como tema
central de su programa.
La prensa mundial ha dado cuenta del fenómeno FSM y si bien este nació como el
anti Davos, ahora la relación se invierte y es Davos quién tiene que explicar su
objetivo. La discutida presencia de
Lula en Davos
ha tenido un impacto mediático interesante, poniendo el tema del
combate al hambre en la agenda global
. No debe ser un dato
menor que eso provenga de un Presidente constitucional del Sur, de un ex obrero
metalúrgico e izquierdista. Hasta ahora, quién asumía el tema era el Banco
Mundial, uno de los principales sostenedores de la política de hambre definidos
bajo los "programas de ajuste estructural".
Lula es producto
de la lucha de los trabajadores urbanos, rurales y de un abanico político social
plural que permite hablar de un frente que involucra a diversos sectores
sociales y políticamente más allá de la izquierda.
Ese frente con hegemonía
de izquierda y de trabajadores es el que asume la tarea ideológica de instalar
en la agenda de discusión global el tema del combate al hambre y por lo tanto,
arrebatarle el tema al BANCO MUNDIAL.
¿Podrá el gobierno de Brasil resolver el tema del hambre? Es difícil que un
problema que se arrastra por 500 años tenga resultados en el corto plazo. No
debemos olvidar que el Brasil recibió el 40% de esclavos negros sacados de
Africa. Es cierto que la continuidad esencial de la política económica
constituye un serio límite para el cumplimiento de ese objetivo. Pero no resulta
menor el compromiso público asumido por el nuevo presidente de Brasil ante su
pueblo y ante los representantes de todo el mundo en la imponente concentración
donde Lula dirigió su mensaje a los participantes del Foro.
Davos
tuvo la iniciativa por 30
años (1971/2001) y consolidó lo que se ha definido como
"pensamiento único".
Fue el "tanque de pensamiento" de una ofensiva del capital que empezó con
violencia
terrorista en Chile en 1973 y se propagó como dictaduras militares en el cono
sur de América Latina para desembarcar en los países capitalistas desarrollados
en los años 80 y 90, consolidando una hegemonía cultural y con impacto en la
regresiva distribución de la riqueza socialmente generada.
El FSM es resultado
de una ofensiva popular
que tuvo origen en Chiapas en 1994, contra el NAFTA. Esa ofensiva se hizo
visible en 1999 en Seattle contra la OMC y en 2001 asumió el desafío de
construir el programa del movimiento de resistencia a la globalización
neoliberal o capitalista. Nafta, ALCA y OMC tienen la misma matriz que remite a
la liberalización de la economía a favor del capital más concentrado. El FSM
nació en 2001 como una potencialidad que en su tercera versión ha coronado la
iniciativa del movimiento popular a escala global. Más allá de la discusión
sobre la presencia de Lula en Davos, la realidad es la supremacía del ideario
sustentado por Porto Alegre.
Los medios de
prensa
brasileños trataron duramente a los organizadores del primer encuentro en 2001 y
ahora, a la luz de los cambios políticos en Brasil y en otras partes de América
Latina, caso Venezuela, Ecuador, incluso el carácter de laboratorio que supone
Argentina, la opinión resulta muy distinta. Puede ser el oportunismo de los
negocios que implican para una ciudad la presencia de miles de visitantes
durante una semana. Se estima un gasto de 50 millones de dólares por parte de
los participantes en hotelería, gastronomía y otros rubros durante el desarrollo
del encuentro. Eso es posible, pero ello no esconde el masivo y contundente
contenido que impone la multitud en Brasil. Son 100.000 habitantes del mundo,
expresada como multitud en el FSM,
pero también, nacionalmente, como antecedente en el triunfo electoral de Lula.
Es también el accionar de la multitud en la defensa de la democracia en
Venezuela, o en la emergencia de un impensable (hasta hace muy poco tiempo)
intento diferenciado en Ecuador. El dato es la emergencia del poder popular como
dato político y con capacidad de superar el carácter manipulador de la prensa
para instalar un sentido común hegemónico.
Es la multitud
en Argentina, en Venezuela, en Ecuador y sobre todo en Brasil, más allá de la
manipulación ideológica sostenida por la prensa. En este caso extensible a lo
que pueden aportar los participantes de los 156 países que se dieron cita en
Porto Alegre.
¿Hacia dónde apunta
el FSM? ¿Qué es ese OTRO MUNDO ES POSIBLE?
Debe
reconocerse que el FSM es una articulación diversa de organizaciones sociales,
culturales y políticas que en la versión 2003 congregó a 5717 organizaciones.
Cada una llega al FSM con sus programas y aspiraciones y alientan un debate
enriquecedor asentado en cerca de 1500 talleres, conferencias, seminarios,
testimonios y otras formas de intercambio y que atraviesan los distintos ejes
planteados por los organizadores del FSM:
· Desarrollo
democrático y sostenible
· Principios y valores, derechos humanos, diversidad e igualdad
· Medios de comunicación, cultura y contra-hegemonía
· Poder político, sociedad civil y democracia
· Orden mundial democrático, combate a la militarización y promoción de la paz
Algunos movimientos partícipes sólo piensan en resistir al neoliberalismo, sin
cambiar el capitalismo. Otros van más allá y plantean una globalización
anticapitalista. Por ahora eso es un debate sin resolución. Es una
dialéctica entre reforma y
revolución ,
que articula un abanico diverso con fuerte potencialidad transformadora. El FSM
está construyendo un sujeto global para la transformación social. Eso incluye el
programa que reconoce la anulación de la deuda externa, el establecimiento de la
Tax Tobin y ahora con mucha fuerza el combate al hambre; contra el ALCA y la
liberalización de los mercados; contra la militarización, la guerra en Irak, por
el desarme; contra la discriminación de minorías, etc.
Empieza a ser
consensuado un programa por agregación de reivindicaciones de sectores sociales
diferentes.
Es cierto también que su masividad y diversidad temática, como las
reivindicaciones plurales limita la constitución de un programa efectivo de
confrontación con la ofensiva del capital transnacional. De una parte, el Foro
remite a la constitución de un sujeto global en la resistencia. Por otra, su
amplitud hace difusa la hegemonía en su seno y convoca a polémicas de carácter
teórico y prácticas en la construcción social y política.
Es que mucho se ha
sembrado en los últimos años limitando la capacidad de gestar políticas
alternativas. El resultado es una buena dosis de apoliticismo en algunos
movimientos sociales y al mismo tiempo, una subestimación del fenómeno de la
resistencia global por parte de algunos sectores de la izquierda.
Sin embargo, el dato relevante en esta oportunidad es el acercamiento de
posiciones en torno a la
politización del FSM.
Al comienzo, el FSM era concebido como un ámbito de la sociedad civil y se
planteaba la no inclusión de los partidos políticos. Claro que se reconocía que
atrás del FSM estaba la izquierda del Brasil, principalmente el PT. En esta
versión del FSM, se destacan simbólicamente las presencias de Lula y Chávez. Dos
claros exponentes de la política y del papel del poder estatal para la toma de
decisiones al servicio de los pueblos o de las necesidades del capital. Claro
que algunos objetan esas y otras presencias partidarias, pero el espíritu
general que se va imponiendo es la inutilidad de establecer fronteras entre lo
social y lo político. Queda cada vez más en evidencia que los movimientos
sociales tienen política y sobretodo que actúan en la escena política más allá
de la disputa institucional. Pero también que no puede concebirse el accionar de
los partidos al margen de los movimientos y la sociedad civil.
La esfera del
Estado y de la Sociedad se articula en la múltiple actividad de movimientos y
partidos.
Pero la politización también vino de la mano de intelectuales como Eduardo
Galeano o Noam Chomsky, que en un estadio y con 20.000 participantes
desarrollaron sus concepciones anti EEUU y contra la explotación de los
mercaderes de la muerte.
Y se reiteró la presencia
de partidos, mayoritariamente de la izquierda del Brasil, o el encuentro de
parlamentarios. Más aún, en este marco se puede inscribir el lanzamiento del
periódico Brasil de Fato (Brasil de Hecho, contra el Brasil de "mentira"),
presentado como un instrumento de la izquierda. También con miles de presentes
se contó con la presencia del fotógrafo Sebatiao Salgado, el mencionado Galeano,
Joao Pedro Stedile del MST, Olivio Dutra como miembro del gabinete actual de
Lula y Hebe de Bonafini. El editor - jefe del semanario, José Arbex afirmó que
"nuestra ambición es crear un periódico que no dependa de las tramoyas
palaciegas, ni de la benevolencia de las élites, pero si del apoyo popular".
Insisto en que, desde mi punto de vista,
resulta inútil diferenciar lo social de lo político.
Esto es lo que se va consolidando en la vida concreta del Foro. En el fondo se
trata de apuntar a la sociedad civil para un proyecto político de
transformación. Dicho esto a comienzos del Siglo XXI y luego de la derrota en el
imaginario popular expresado con la caída del muro de Berlín y la caída del
socialismo real en el Este de Europa. El FSM recrea las posibilidades de luchar
por otro mundo, lo que muchos de nosotros definimos como poder popular o
directamente socialismo.
Buenos
Aires, 30 de enero de 2003
* Profesor de Economía Política de la Facultad de Derecho de la Universidad
Nacional de Rosario. Presidente de la FISYP. Miembro de ATTAC - Argentina.
Director del Centro de Estudios de la Federación Judicial Argentina u de la
Dirección del Instituto de Estudios y Formación de la CTA.
Director de Idelcoop
|