En
Washington pregonan 'librecambio' para la periferia; 'proteccionismo' para
ellos. Historia de una gran mentira: la de los mercados
internacionales. Papel de los monopolios.
En una 'guerra
de subsidios', como la que rige las relaciones agrícolas internacionales,
pocos ganan y una gran mayoría pierde. Especialmente en los países en
desarrollo, donde el 'proteccionismo' de los países centrales, impide
cualquier tipo de crecimiento verdaderamente cuantitativo.
El año pasado (2002) fue casi
un modelo destructivo. Sucedió que se intensificaron, casi geométricamente,
las políticas proteccionistas relacionadas con el agro. El presidente de los
EE.UU. estampó su firma, promediando el año, para el otorgamiento de subsidios
por 180 mil millones de dólares para el sector agrícola de su país. Esto fue
seguido por Japón y Europa y el monto de ayudas directas para el campo trepa a
350 mil millones de dólares al año.
Un
tema que debe importarnos a todos
Lamentablemente este nos es un tema que deba importarle sólo a 'los
chacareros' o a los 'especialista agrarios'. Es un tema de política económica
que nos afecta -especialmente a la Argentina- ya que elimina la obvia
posibilidad de competir en igualdad de condiciones en el supuesto 'globalizado'
sistema de libre mercado. La paradoja - para no llamarla estafa a la fuerza-
funciona en medio de la ignorancia generalizada y la hipocresía de los actores
políticos de esta farsa.
En los corrillos
de las empresas exportadoras de nuestro país, por ejemplo, se habla de
compradores internacionales que 'se borran' de su clientela por 'haber
conseguido mejores precios' en el mercado globalizado. Esto significa que 'el
subsidiado' tiene mejores posibilidades para 'bajar sus precios' ya que sus
gobiernos 'les pagan' la diferencia.
Como todos sabemos, nuestra
producción, por el contrario es 'expoliada' en vez de ser medianamente
protegida.
Pero el
tema más grave es quizás la 'hipocresía'.
Cuando
escuchamos que los EE.UU. enarbolan esa 'actitud de ayuda' para con los menos
desarrollados... ¿De qué hablan? Entre Japón, los EE.UU. y Europa el monto en
subsidios asciende, como dijimos antes, a 350 mil millones de dólares - a
razón de casi mil millones diarios- y globalmente siete veces más de lo que se
destina a ayuda para el desarrollo. Si a esto agregamos que los países
centrales, con estos mecanismos de protección crean excesos de producción,
estamos a pocos pasos de descubrir quienes son los 'verdaderos responsables'
de la disminución del nivel de vida de las naciones más pobres del mundo.
Otras
facetas de la hipocresía
Recientemente surgió un 'Acuerdo Europeo' para reducir los subsidios agrícolas.
Pero, como otra cara de la moneda, 'lo europeo' resultó que es mas retórico
que efectivo. Sucedió que Francia y Alemania acordaron limitar los subsidios
agrícolas en la Unión Europea a partir de 2007 y controlar el resto de los
gastos del presupuesto europeo, desde ese mismo año, para no verse desbordados
ante el ingreso de los 10 nuevos países en el bloque comunitario. Las
repercusiones en los diferentes países se hicieron sentir. Francisco Simón
Vila, director general de Alimentación del Ministerio de Agricultura, Pesca y
Alimentación de España, expresó que 'la Europa de los 25 aumentará nuestros
costos', en tanto que desde Italia, el presidente del Consejo, Silvio
Berlusconi aseguró 'no temerle a la nueva Europa'. Como se quiera, cualquier
cambio que se anuncie no deja de ser 'gatopardismo' puro.
La política
común de franceses y alemanes
El presidente
francés, Jacques Chirac, y el canciller alemán Gerhard Schroeder acordaron 'mantener
la política agraria común (PAC) sin cambios hasta 2006'.
Esto se ejecutaría en
conformidad con el presupuesto fijado por los 15 países que integran la UE
para el período 2000-2006.
A partir de
2007, que es el año en que la Unión debe fijar su presupuesto plurianual hasta
2013, Francia y Alemania están de acuerdo en estabilizar los gastos agrícolas
en el nivel alcanzado en 2006. Estos comprenden los gastos de mercado y las
ayudas directas a la agricultura, sin incluir los destinados al desarrollo
rural.
A los nuevos
países que se incorporen a la UE en 2004 se les pagarán las ayudas agrícolas
en menor proporción que los quince. Se les aumentará progresivamente hasta que
en 2013 alcancen el mismo porcentaje. En 2007 se calculará el nivel del gasto
agrícola de la UE el año anterior, se sumará al paquete para los diez nuevos
miembros y se ajustará por la inflación anual.
Según lo expresado por el
gobierno francés, 'el acuerdo respeta los intereses agrícolas de Francia y la
vocación de Europa de mantener una agricultura fuerte y al mismo tiempo
competitiva'.
Además del
límite al gasto agrícola, después de 2006 otras erogaciones de la UE estarán
sujetas a control presupuestario. Son los que conciernen a los fondos
estructurales y las compensaciones de distinta índole. Según estiman los
analistas internacionales el acuerdo franco-alemán constituye un buen punto de
coincidencia entre ambas naciones porque garantiza la continuidad de la PAC y
el control de las finanzas europeas.
La
Argentina en punto muerto
¿De qué
manera incidirían estas medidas en el sector agrícola argentino? De acuerdo al
análisis realizado por una especialista del Instituto de Negociaciones
Agrícolas Internacionales, el congelamiento de los fondos de la PAC tendría un
efecto neutral para la Argentina y agregó, 'sería positivo si no aumentaran
los fondos para la agricultura con la incorporación de los países de Europa
del Este; pero al mismo tiempo puede verse como un hecho negativo porque
resulta claro que la UE mantendrá su protección sobre el agro'. Sin embargo,
en la reciente propuesta de reforma de la PAC por parte del comisionado Franz
Flachler, se estableció fijar los pagos de los agricultores por superficie y
no por cantidad de producción, lo que implicaría, a largo plazo, reducir los
incentivos e incrementar los stocks de granos, carnes y lácteos.
La
visión española
Francisco Simón Vila es el Director General de Alimentos del Ministerio de
Agricultura, Pesca y Alimentación de España. Durante el transcurso de una
entrevista que mantuvo con el periódico español 'Euroagro' se mostró
convencido de que la incorporación de los 10 países a la UE será beneficiosa
para España porque incrementará sus posibilidades de crecimiento y de ventas
en el sector alimentario. Al continuar analizando el tema, el funcionario
español expresó, 'los nuevos países serán un gran mercado, con muchos millones
de consumidores. Tanto los productores como la industria alimentaria europea
verán ampliadas sus posibilidades de crecimiento y dada la competitividad
demostrada por el sector español en los últimos años, lo lógico será que se
incrementen sus ventas'.
Al ser
consultado acerca de si se reestableció la confianza en el mercado por parte
de los consumidores españoles, el ingeniero agrónomo Simón Vila mencionó que
los datos de consumo demuestran fehacientemente que la confianza de los
consumidores en los alimentos está recuperada y que desde el Ministerio de
Agricultura existe el convencimiento de que el elemento básico que permitió
llegar a ese estado ha sido la garantía de que existen controles eficaces que
funcionan correctamente. El funcionario del Ministerio de Agricultura puso
especial énfasis en el hecho que en España, como en todos los países que
integran la UE se cuenta con una normativa para el control oficial de los
productos alimenticios, con el objeto de preservar los posibles riesgos que
podrían afectar a la salud pública, 'garantizar la lealtad y transparencia de
las transacciones comerciales y proteger los intereses de los consumidores',
enfatizó.
Francisco Simón Vila se refirió en otro segmento del reportaje a los proyectos
e iniciativas de cooperación en materia de política alimentaria que se están
concretando con América latina. 'Mantenemos numerosos convenios, expresó el
funcionario, en diversas áreas de la actividad agropecuaria'. Citó como
ejemplo un convenio firmado con la Argentina sobre productos agroalimentarios.
El entrevistado mencionó también la concreción de la Segunda Declaración de
Barcelona sobre la industria Euro-latinoamericana y agroalimentaria que se
firmó a comienzos de 2002.
Nosotros en la dulce espera
Mientras
tanto seguimos en la dulce espera. Quizás, como puede observar el lector,
entre las buenas intenciones y el 'garrote' disimulado bajo la publicidad de 'ayuda
para el desarrollo' lo único real es 'la hipocresía' desembozada de los países
centrales.. Para los productores de los países pobres el futuro pinta
auténticamente negro. Mientras todo esto sucede, como siempre, la dirigencia
política sigue esperando -pacientemente- debajo de la mesa alguna migaja que
por casualidad se caiga del abultado bolsillo de los poderosos.
Lo peor es que
ellos, en el fondo, no son los culpables absolutos.
Nuestra indiferencia e
ignorancia son el principal motor de estas situaciones. |