NO AL ALCA
Mensaje de la
Movilización de los Pueblos de América a los Ministros de Economía y Comercio
Reunidos en Quito, Ecuador
31 de octubre de 2002
Sres. Representantes de los Gobiernos que negocian la Creación de un Área de
Libre Comercio de las Américas
Los hombres y mujeres --indígenas, trabajadores, campesinos, estudiantes,
pobladores, ciudadanos, niños, jóvenes, adultos y ancianos--, representantes de
organizaciones populares de esta hermosa república del Ecuador y de todos los
países de nuestra América que nos encontramos hoy en las calles de Quito, hemos
llegado hasta aquí para manifestarles en voz alta, con la voz que es la voz de
millones de habitantes de nuestro continente, nuestro más completo y decidido
desacuerdo y oposición al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) que
ustedes se encuentran negociando.
El ALCA no tiene legitimidad desde el momento en que ustedes lo están negociando
de espaldas a la sociedad, de manera antidemocrática, en negociaciones casi
secretas, resguardadas por ofensivos cercos policiacos y militares, a las que
tienen acceso sólo un puñado de grandes empresarios, sin informar ni mucho menos
consultar a la población y ni siquiera a los congresos nacionales.
El ALCA no puede sino reforzar la exclusión social y el deterioro ambiental
desde el momento en que sólo toma en cuenta los intereses de las grandes
corporaciones trasnacionales, particularmente norteamericanas, y sus socios
locales, e ignora absoluta, explícita y formalmente las necesidades y
reivindicaciones sociales y ambientales, bajo el argumento inaceptable de que
las reglas del comercio y la inversión son cosa de hombres de negocios y no de
los pueblos cuyos destinos van a estar en juego.
El ALCA no puede sino profundizar las desigualdades entre las naciones y la
polarización social dentro de ellas desde el momento en que se basa en el modelo
del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que tras nueve años
ha significado un verdadero desastre social y grave pérdida de soberanía para el
país firmante menos desarrollado. En el texto del ALCA que con reticencias y a
destiempo han dado ustedes a conocer, se repiten y profundizan los peores
aspectos del TLCAN:
* Se pretende dar trato igual a países completamente desiguales, lo que sólo
puede producir más desigualdad; se pretende dar trato igual al pequeño productor
latinoamericano que a las grandes corporaciones norteamericanas; se pretende
hacer competir al empobrecido agricultor latinoamericano con los agricultores
altamente subsidiados del Norte; se nos hace así perder seguridad y soberanía
alimentarias
* Se le brindan todas las garantías a los grandes inversionistas mientras se le
niega cualquier protección a los sectores vitales y estratégicos de las
economías menos desarrolladas, y se les otorgan superderechos a las
corporaciones al grado de que pueden incluso demandar a los estados ante
cualquier medida que limite su insaciable sed de ganancias;
* Se abren a la privatización y desnacionalización áreas vitales para el
desarrollo de una nación, como la energía, la educación, la salud y hasta el
agua; los servicios públicos básicos pasan de ser un derecho a simples
mercancías y se deja nuestro futuro a la suerte del mercado;
* Se legaliza hasta el robo del conocimiento tradicional y se da derecho a
propiedad sobre la vida y su reproducción al hacerla susceptible de patentes; se
tiende a destruir nuestra identidad y diversidad;
* Se pone en riego, en fin y en realidad, cualquier posibilidad de que los
estados tengan la capacidad de conducir un proyecto nacional de desarrollo
verdadero en las naciones de Latinoamérica y el Caribe.
El ALCA no sería otra cosa que una constitución económica supranacional en la
que cederíamos la soberanía de nuestras naciones a la hegemonía de los intereses
norteamericanos.
No estamos en contra del intercambio y los acuerdos entre países. Estamos
por un modelo distinto al que se quiere imponer con el ALCA; estamos por
acuerdos soberanos y democráticos que verdaderamente garanticen un desarrollo
justo, equitativo y sustentable para cada una de nuestras naciones.
Es por todo eso, señores ministros, que hoy venimos hasta aquí no a "dialogar",
porque sus gobiernos han estado cerrados a cualquier diálogo verdadero, y a
escuchar y tomar en cuenta el sentir de la sociedad civil, y esto no cambiará
con que se dignen hoy a recibirnos o con que se tomen la foto con los
representantes populares; venimos hasta aquí para exigir que suspendan las
negociaciones del ALCA y depositen finalmente en sus pueblos, en quienes radica
la soberanía de cada nación, las decisiones que afectarán los destinos de
nuestros países.
En la medida en que sus gobiernos se niegan a ir más allá de
inaceptables simulaciones de consulta, hemos tomado en nuestras manos la
realización de una Consulta Popular Continental para que millones de hombres y
mujeres de todo el continente digan si quieren o no quieren el ALCA. Esperamos
que las voces que traemos hoy aquí y las que surgirán de la consulta popular
sean escuchadas. De no ser así, pondrán ustedes en serio riesgo el futuro
de América.
¡Si a la Vida! ¡No al ALCA! ¡Otra América es Posible!
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