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¿Para qué sirve la internet?

Articulo de Giancarlo Livraghi gian@gandalf.it en Web Marketing Tools

Traducción de María Copani mcopani@sion.com y Pino Laurenza lauren@uni.net

julio 2000


 
 

Estaba cenando la otra noche con unos amigos. Personas que tienen experiencia de redes desde los tiempos en que la internet era casi inaccesible excepto para unos pocos nodos universitarios. En un cierto momento uno preguntó: "pero en suma, ¿para qué sirve la internet?" y nos miramos asombrados, porque nadie tenía una respuesta preparada. Yo estaba aún mas preocupado que los demás... porque estoy escribiendo un libro, que va a salir el próximo otoño, y que esta vez no será para empresas; sino que tratará de explicar a las personas cómo y por qué de verdad sirve usar la red. Parece fácil, pero no lo es.

Estamos tan saturados de noticias fantásticas sobre lo que brinda la red que ya no sabemos cómo desenredarnos. ¿De verdad alguien tiene tiempo y ganas de entrar online para ver la enésima fotografía de alguna actriz o modelo más o menos desvestida? ¿O el enésimo sitio lleno de garabatos y vacío de contenidos? ¿O de enviar o recibir una "postal" web, creando otra sobrecarga más de gráfica pesada? ¿O de "navegar" a la deriva en busca de quién sabe qué?

Por supuesto, sería lindo que pudiéramos manejar online nuestra cuenta bancaria, sin hacer colas frente a una ventanilla. Pero los servicios bancarios aún no lograron darnos lo que técnicamente podrían. Por supuesto, sería lindo que todos los trámites burocráticos se pudieran hacer online, evitando colas complicadas y molestias. ¿Pero cuánto le tomará a nuestra vetusta y desastrosa burocracia organizarse como corresponde?

Por supuesto, el correo electrónico es la manera más eficiente y práctica, y también la menos costosa, de manejar la correspondencia. Si no fuéramos perseguidos por spamming de todo tipo, por mensajes absurdamente pesados en formatos indescifrables, en suma por todos los perjuicios de una situación en la cual se satura a la gente de nociones técnicas a menudo inútiles pero se hace poco para difundir una razonable capacitación sobre el modo más eficiente y agradable de usar la red.

Por supuesto, es práctico y cómodo poder bajar online una infinidad de cosas, desde el software hasta la música, y toda suerte de textos útiles e interesantes. Pero las tecnologías son tan intrincadas que encontramos un montón de problemas. Por supuesto, es útil poder leer un diario en la red. Pero no conozco a nadie que haya reemplazado el diario de papel por el diario online. Casi todas las personas que conozco leen online sólo si están de viaje o si se trata de un diario que habitualmente no compran. Y los ejemplares atrasados de algunos diarios no están libremente disponibles...

¿Hay un poco de nostalgia por los "viejos tiempos"? Sí, y se entiende. Todo era más sencillo; y las conexiones a 2.400 bps eran más veloces que cualquier conexión ultrapoderosa de hoy. La red era un mundo más restringido; ya entonces había demasiada gente como para poder conocer a todos, pero había un sentido de hermandad, de recíproca ayuda, porque por el hecho de estar online nos sentíamos un poco especiales.

¿Debemos añorar el pasado? Obviamente no. Pero debemos pensar un poco más seriamente cómo encontrar el cabo de la red de hoy y del mañana, que inevitablemente será aún más congestionada.

La llave de la solución, en mi opinión, es sencilla. Decidir no usar la red si no tenemos una idea precisa del porqué. No estar frente a un monitor, empuñar un mouse o golpear sobre un teclado si no tenemos un motivo preciso para hacerlo. Parece una idea simple, pero en mi opinión puede ser muy fuerte. Si nos detenemos con un poco más de atención a pensar, a definir nuestras intenciones y nuestros deseos, aprenderemos a usar mejor la red y a perder menos tiempo.

Y esto vale también para las empresas. Cuando la internet no existía, y yo me ocupaba de otras formas de comunicación, a menudo me obligaba a mí mismo y a los demás a responder a una pregunta severa. ¿Qué sucedería si no hiciéramos esto, si no gastáramos un centavo? Alguna vez mi honestidad mental fue castigada, porque mi cliente advirtió que él no tenìa las ideas claras y simplemente retiré la inversión. Pero más a menudo fue premiada, por que nos ayudó a hacer cosas más precisas y eficaces.

En mi opinión tendríamos una mejoría sustancial en la actividad online de las empresas si todos se asignaran a sí mismos una "tarea para las vacaciones". Responder a una pregunta sencilla pero precisa. "¿Qué sucedería si no estuviéramos online? Y si estamos ¿qué estamos haciendo exactamente?" Por lo que vemos por ahí, el noventa por ciento del congestionamiento de la red es producido por personas y empresas que nunca se hicieron esta pregunta o que nunca encontraron la respuesta justa.



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